Último día en Ammán
Domingo 11 y lunes 12 de agosto
Llegamos
al final del viaje pero todavía nos queda un último día en Ammán. Las dos últimas noches nos alojamos en el
mismo apartotel donde pasamos la primera noche del viaje, el Shams Alweibdeh Apartment.
Ammán,
la capital del Reino Hachemita de Jordania, es una interesante mezcla de modernidad y tradición. Centro comercial,
industrial y administrativo del reino, con sus 4 millones de habitantes
representa el 40 por ciento aproximadamente de la población del país. Actualmente
es una de las ciudades árabes más
liberales y occidentalizadas.
Pero no nos vamos a engañar, Ammán no está entre las ciudades más bellas del mundo. De hecho, muchos turistas solo la ven de pasada cuando llegan o se marchan del Aeropuerto Internacional Queen Alia. En la mayoría de las guías, Ammán se describe como una ciudad desordenada, rozando el caos, ruidosa, calurosa y con un tráfico que se puede calificar de infernal.
Nosotros no
visitamos la ciudad en profundidad pero sí captamos un poco su esencia aunque, suponemos que porque es un domingo de agosto, nos encontramos con todas las tiendas cerradas y las calles prácticamente vacías. El calor es durillo, pero no mucho más que un día de pleno
verano en Barcelona.
En
Ammán los atractivos turísticos están
concentrados en dos zonas: en lo alto de la ciudad se encuentra La
Ciudadela, que incluye en su recinto el Museo Arqueológico; y en la ciudad baja
están localizados el Teatro Romano, los restos de la Columnata del Foro, el
Ninfeo y la Mezquita Al-Husseini.
La Ciudadela
Por la mañana, después de un buen desayuno en el hotel, pedimos un Uber y subimos directamente a La Ciudadela. Las recientes excavaciones de la Antingua Rabbath-Ammon han revelado numerosos restos romanos, bizantinos y árabes tempranos.
El horario de La Ciudadela es de 8:00 a 18:30 h y la entrada está incluida en el Jordan Pass. Dentro de La Ciudadela, los lugares más destacados son El palacio de los omeyas, el Templo de Hércules, la Iglesia Bizantina y el Museo Arqueológico.
Pero
lo más impresionante de La Ciudadela, desde nuestro punto de vista, es la
perspectiva increíble que se tiene de la ciudad desde la colina donde está
situada, con la inmensa bandera de Jordania sobresaliendo entre los edificios.
El Teatro romano y la Columnata del Foro
Ya al
mediodía bajamos caminando hasta la zona baja de la ciudad donde se encuentra el Teatro
Romano, que data del siglo II d.C.,
con la fila de columnas en su parte frontal, la Columnata del Foro, que son los únicos restos que quedan de una de
las plazas públicas más grandes del Imperio Romano. En el descenso desde La
Ciudadela se obtiene una de las mejores vistas del Teatro.
El Ninfeo
Las ciudades romanas siempre tenían jardines ornamentales y fuentes públicas. En Ammán, se encuentran los restos de una ornamentada fuente pública del año 191 que fue un gran complejo de dos plantas, con surtidores, mosaicos, tallas en piedra y posiblemente una piscina dedicada a las ninfas. En 1993 empezaron las excavaciones en serio pero la restauración puede durar años y actualmente hay poco que ver.
Mezquita Al-Husseini
A muy
poca distancia, decorada en piedra rosa y blanca, encontramos esta pequeña
mezquita construida por el emir Abdullah en 1924 sobre los cimientos de otra
mezquita mucho más antigua.
Pasear por los zocos de la ciudad o ir de compras por la famosa Rainbow Street son otras de las atracciones de la capital, pero como ya he comentado antes nos encontramos todo cerrado, suponemos que por ser un domingo de agosto, y por la tarde decidimos ir a descansar al hotel.
Por la
noche volvemos al restaurante donde ya cenamos el primer día, el Rakwet Arab Café. Volvemos a cenar de nuevo estupendamente, esta vez
en una mesa fuera. El ambiente es de noche de verano, todo el mundo está en la
calle y por la calzada desfilan un sinfín de coches de lujo con jóvenes escuchando
la música a todo volumen. Para rematar la noche y nuestro viaje por Jordania acompañamos
el té con una shisha con sabor a melón.